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Munshee
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I
Cuando el velo de la oscuridad
cubre el ultimo haz
de ámbar en Agra,
me extravío en la tinta
que surca mi espíritu.
Ya no hay un loree
que apacigüe
los clamores que desgarran
las añejas, añejas cicatrices.
Me entrego al folio marfileño,
empuño la péndola
gastada en reminiscencias
de aquellos años
que intento ahuyentar.
Asento en él,
con caladas a la pipa
de amargo tabaco turco,
vestigios del ser
en decadencia
agraviado por felonías
del yugal.
Mientras titila mi diya
eres un espectro de tinte
abstracto y voluble
arraigado bajo la claraboya.
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