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Nos dejan en otro nido
mientras el cascarón
aún permanece intacto,
eclosionamos prematuramente
y, crecemos bajo otro seno.
A veces,
florecemos en una maceta,
nuestra esencia se deforma
como una enredadera.
Ellos pretenden arreglarla
atándonos en astas que dictan,
cortan y moldean cual jardinero,
eres ortiga o gardenia
eres un cisne o un urutaú.
Con el paso de las eras,
te arrojan del nido,
deambulas aturdido en busca
de aquello que te falta.
No hay una madreselva
que guíe en el sendero,
las brújulas y mapas
no los reconocen.
Las estelas observan impasibles
cómo los faroles se extinguen
al paso inestable y nómada
de los vástagos del cuco.
Así bautizan a los polluelos,
que crecieron bajo otro plumaje,
cuál monte en el parterre
anhelando ser una flor.
mientras el cascarón
aún permanece intacto,
eclosionamos prematuramente
y, crecemos bajo otro seno.
A veces,
florecemos en una maceta,
nuestra esencia se deforma
como una enredadera.
Ellos pretenden arreglarla
atándonos en astas que dictan,
cortan y moldean cual jardinero,
eres ortiga o gardenia
eres un cisne o un urutaú.
Con el paso de las eras,
te arrojan del nido,
deambulas aturdido en busca
de aquello que te falta.
No hay una madreselva
que guíe en el sendero,
las brújulas y mapas
no los reconocen.
Las estelas observan impasibles
cómo los faroles se extinguen
al paso inestable y nómada
de los vástagos del cuco.
Así bautizan a los polluelos,
que crecieron bajo otro plumaje,
cuál monte en el parterre
anhelando ser una flor.
Jesse Casanova
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